¿FRACASA LUCHA POR EL LIBRE TRÁNSITO EN SONORA?
Claudia Gpe. Pérez
Tropezar no es malo, lo malo es encariñarse con la piedra y parece que así sucede en el tema del libre tránsito en sonora… le explico.
La lucha por el libre tránsito en la entidad no es nueva, tiene años y muchos actores que en su momento pugnaron por la desaparición de las casetas de peaje que invadieron la carretera federal al ampliarse a 4 carriles en los años 80.
Fue en tiempos del gobernador Rodolfo Félix Valdés que se dio en concesión y con ello, llegaron para quedarse las casetas de cobros
Primero se instaló el peaje en Guaymas y Magdalena, con sus libramientos, para luego sumarse La Jaula, Fundición, Esperanza y Hermosillo, sin caminos alternos para los automovilistas residentes que debían pagar incluso para desplazarse de una comunidad a otra en sus propios municipios.
Organizaciones de la sociedad civil, cámaras empresariales, gobernantes, en fin, innumerables liderazgos encabezaron las acciones para liberar la 4 carriles sin éxito.
En los últimos 4 años la organización Movimiento por el Libre Tránsito Sonora se apoderó de las 6 casetas, se enfrenta a los gobiernos en turno y se mantiene en pie de guerra con una única consigna: que desaparezcan las casetas de peaje, se tenga libre tránsito por las carretas de sonora.
Esta semana, anuncia el logro de una negociación con la federación, regresarán las casetas a sus administradores a cambio de exonerar de pago a residentes.
La estrategia no es nueva, en el pasado ya existió y fracaso.
Se trataba de un viacrucis para recabar documentos y acceder al beneficio, con el tiempo se volvió engorros, cansado y fueron los empresarios, las cámaras quienes alzaron la voz pues los tiempos de espera para para lograr un cita llegaron hacer de hasta más de 2 meses, además de limitar en el número de autos que podía registrar una persona o empresa.
La historia debe servir para no cometer los mismos errores, sin embargo en esta lucha parece que no se aprende la lección o han aprendido de más para sacarle raja política o económicamente a un movimiento que debe ser auténticamente ciudadano.