
Francisco González Bolón
Como por lo visto Hugo Aguilar Ortiz, ávido de reconocimientos ante la andanada que se ganó a pulso por carecer hasta de título de abogado, desconoce cuál es el manejo formal de las autoridades tradicionales yaquis, cayó en el ridículo de auto alabarse pero sin las firmas adecuadas en un caso tan importante como el de un aval para la autoridad máxima de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Y es que, según revelan yaquis de los ocho pueblos, anda en circulación un escrito firmado, primero, solamente por siete y no los ocho pueblos de la Nación Yaqui. Ahí está el primer error porque, conforme a los usos y costumbre, si un Gobernador o pueblo, no está de acuerdo con lo escrito, pues sencillamente no tiene validez.
La segunda falla del documento, que a todas luces no corresponde al estilo de redacción de los pueblos yaquis, y eso lo afirmo ya en plan personal ante tantos años que he estado en contacto con ellos y sus escritos, corresponde a la falta de las firmas del resto de las autoridades de los pueblos firmantes.
El escrito de alabanzas a Aguilar Ortiz, que solamente vino a ahondar la división al interior de la Tribu Yaqui, solamente está firmado por Joaquín Cota Buitimea, de Vícam Pueblo; Jesús Valenzuela Bacasegua, de Pótam; Juan Molina García, de Tórim; Alberto Ignacio Martínez García, de Ráhum; Alberto Tapia Gutiérrez, de Huírivis; Abrahan Álvarez Valencia, de Belem, y Urbano Jusacamea González, de Cócorit.
En ningún momento se colocaron las firmas del resto de los integrantes de los gobiernos, es decir el “gabinete” que sí cuentan con fuerza y autoridad, a diferencia de la vez aquella en que depositó poder en los secretarios de los pueblos, sin que ello sea válido porque ellos son solamente auxiliares de las autoridades tradicionales.
Desde ahí, dicen los yaquis, se observa la huella de Aguilar Ortiz, que ha sido la del divisionismo extremo con tal de obtener el control de las acciones en torno al Plan de Justicia.
Hoy, al estilo Hugo, solo usan la firma del kobanao para avalar un comentario sin bases sólidas porque lo colocan como el mejor funcionario del INPI, cuando en realidad solamente vino a dividir, junto con Adelfo Regino Montes, a los ocho pueblos yaquis y jamás reconoció el valor del papel que juega la llamada Tropa Yoremia, es decir el pueblo.
Pero junto a la corrupción y otras tropelías practicadas por funcionarios del INPI y del gobierno del Estado para imponer las obras que ellos quisieron dentro del Plan de Justicia, quedaron muchos puntos sin resolver, como por ejemplo la falta de agua para consumo humano y para sus labores agrícolas, pues se considera que en realidad Aguilar Ortiz vendió el líquido correspondiente al decreto de Lázaro Cárdenas del Río.
Es más, refieren, el aspirante a la firma más poderosa en la Suprema Corte logró, a cambio de dinero y de otras canonjías para los gobernadores sumisos, que se firmara un cambio de la explotación de piedritas de los cerros por los terrenos de La Cuchilla, que Ernesto Zedillo arrebató a la Tribu en 1997.
Tampoco está resuelto el tema de las isletas Uno y Dos que tanto han reclamado los indígenas más representativos de Sonora, exclaman, por lo cual se delata que Aguilar Ortiz llegará a la Suprema Corte, no para servir a los indígenas sino para mantener una política insaciable de la nueva clase de la Cuarta Transformación.
UNA MAS DE LA FISCALÍA
Pues se queja la activista Alba Luz Borbón de que la Fiscalía de Justicia de Sonora una vez más cae en errores, como ese de señalar a una madre de familia como quien intentó “quemar” a su propio hijo.
A pesar de que la señora cumplió con todo lo que la Fiscalía solicitó, afirma, y con el testimonio del menor de edad en el sentido de que su madre no lo quiso quemar sino que únicamente lo regañó, hoy la Fiscalía utiliza los dichos de una persona que ni siquiera vive en Sonora para tratar de enviarla a la cárcel.
Pero todo se debe a que buscan golpear políticamente a Alba Luz Borbón, relata ella misma, debido a que nunca se ha callado ante nadie para decirles sus verdades a las autoridades que cometen errores, del nivel municipal, estatal o federal.
Muy mal esas acciones de parte de quienes presumiblemente llegarían a Sonora a brindarle una transformación total, cuando en realidad solamente siguen haciendo más de lo mismo que los neoliberales de ayer practicaban, pero que hoy han sido superados por los porros de la 4T.