Por: Manuel Velázquez Lugo
En la vastedad de los deseos arrojados al universo diariamente o implorados a algún santo, deidad o entidad cósmica de cualquier índole, siempre ha habido uno que ha sido expuesto a través de la historia, sin importar la época, cultura, género o religión de la persona… la abundancia.
A diferencia de otras especies (o quizá no porque no sabemos cómo piensan), el ser humano tiende a creer que necesita abundancia, principalmente de dinero o bienes materiales, aunque también hay quienes piden salud, amor, bienaventuranza o alcanzar alguna meta u objetivo que se han fijado.
Pero la abundancia no siempre es buena, sobre todo si no sabes cómo manejarla o cómo explicársela a quien algún día tiene el valor de cuestionarte de dónde ha salido todo eso de la noche a la mañana, lo que sin duda puede ponerte en jaque, como a la diputada ahora conocida como Dato Protegido quién, sin quererlo ni pensarlo, se ha vuelto víctima (por decirlo de alguna manera) del escrutinio público, luego de un trabajo de investigación realizado por el periodista Jorge García Orozco, que detalla una vida llena de abundancia tanto de la diputada como de su esposo.
El tema se viralizó de inmediato y ha tomado relevancia a nivel nacional y quizá hasta internacional, por la ostentosa vida que llevan estos políticos, con joyería, ropa de marca y viajes en primera clase, entre otras cosas que ha descubierto y detallado el periodista, y que contrastan con el lema de austeridad y primero los pobres con lo que se sustentaron las bases de la 4T.
Pero no han sido los únicos… tal parece que la abundancia llegó a manos llenas a la cuarta transformación porque han sido varios los actores políticos que, al parecer, olvidaron los principios del movimiento, y también olvidaron el poder y el alcance de las redes sociales, donde se han exhibido (a veces incluso por ellos mismos) los viajes de lujo, los hospedajes en hoteles de 5 estrellas; las comidas, los relojes, el calzado, los lentes, las bolsas, la ropa y un sinfín de artículos que gritan abundancia por todas partes.
Claro, han salido a intentar justificar estas imágenes, como Andrés Manuel López Beltrán, quien dijo que su viaje a Japón había sido pagado con recursos propios, y que era la oposición quien intentaba desprestigiarlo con toda una campaña en su contra.
Pero es que, la felicidad y el dinero… digo, la abundancia, no se pueden esconder.
Ha pasado también en otros partidos, en otros sexenios o trienios, con otros funcionarios y actores políticos a los que, tal parece que la abundancia los persigue y por fin logra encontrarlos apenas toman protesta en sus nuevos cargos.
Así hemos visto la política siempre.
En contraste, al menos el 27.4% de la población en México se encuentra en pobreza monetaria, es decir, sus ingresos no son suficientes para cubrir sus necesidades, esto de acuerdo con el más reciente informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). También detalla que, el 48.8% de la población mexicana se encuentra en pobreza multidimensional, lo que implica que, más allá de los ingresos, enfrenta carencias en indicadores como salud, educación, vivienda y empleo.
¿Será que la abundancia no alcanza para todos? ¿O será que la abundancia de algunos sale del esfuerzo de otros?
Mientras descubrimos cuál es la verdad en todo este embrollo, comencemos a disfrutar de la abundancia propia, porque tiene muchas aristas, y siempre es cuestión de perspectiva y de sentir.
UN DATO: Dentro del catolicismo hay varios santos a quienes se les reza para cuestiones similares a la abundancia, como San Cayetano, San Judas Tadeo, Santa Rita de Casia, Santa Eduviges, San Benito, San Expedito y Santo Niño de Atocha.
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