
A MICRÓFONO ABIERTO
Claudia Gpe. Pérez
Desconozco si Sergio es culpable o inocente, pero me queda claro que las declaraciones del gobernador Alfonso Durazo Montaño prácticamente marcaron su sentencia.
El Ejecutivo no titubeó en declarar que el joven presentado por la Fiscalía estatal es el asesino material del exfiscal y excandidato a la alcaldía de Cajeme, Abel Murrieta Gutiérrez. Incluso fue más allá, al decir que existen otros dos cómplices plenamente identificados, que se sabe donde se encuentran y se trabaja para ejecutar la orden de aprehensión
Con sus declaraciones no solo intervino en terrenos del Poder Judicial sino que además violentó la presunción de inocencia del acusado, al asegurar públicamente que Sergio está plenamente identificado sin absolutamente ninguna duda y además se tienen testigos
La defensa, familiares y amigos de Sergio insisten en su inocencia, ya que su detención, señalan, fue por transitar en una supuesta bicicleta con reporte de robo pero terminó en Hermosillo acusado de asesinato.
A la defensa de inocencia se suma una serie de violaciones en su detención que la madre de Sergio manifestó, como son el mantenerlo incomunicado, no existir en su momento el registro de su ingreso al Cereso, entre otras.
Lo que nos hace recordar el caso de la francesa Florece Cassez, quien logró su libertad tras pasar un tiempo en las celdas por demostrar que su caso estaba plagado de irregularidades al debido proceso, así como de la violación a los Derechos Humanos.
Nunca se dio sentencia, pero fue puesta en libertad ante el fallo de la Suprema Corte de Justicia.
¿La historia podría repetirse en Sonora? Una entidad donde ya se tiene antecedentes de situaciones similares. Ahí está el caso de Fidencio Aldama, integrante de la etnia yaqui, que sigue apelando su inocencia.
La defensa de Sergio no la tiene fácil por lo que se visualiza un largo, tortuoso y difícil proceso, en el cual influirán, sin duda, los ánimos de no dejar mal parado al gober, en pleno proceso electoral y se requiere presentar resultados para ganar simpatías.
Sergio, de entrada, requiere un cuerpo de abogados audaz, profesional y determinado a enfrentar al sistema y el poder Judicial necesita centrarse mas en seguir los debidos procesos sin violentar los derechos.
La ciudadanía de nuevo está polarizada y la justicia para Abel Murrieta podría llegar plagada de dudas.