
Por Michel Inzunza
Ni el acueducto ni el Distrito de Riego para los pueblos yaquis ni la ambición económica de quienes están al frente del gobierno tradicional se terminan y eso ha causado un nuevo enfrentamiento entre habitantes de la comunidad de Belem.
De acuerdo con el testimonio de los moradores de esa comunidad, desde hace algunas horas se enfrentan los dos bandos, el que está apoderado de la Comunila y liderado por Alonso Álvarez Valencia, y el que ejerce el mando desde la Iglesia, capitaneado por Cecilio Buitimea Madriles.
Aunque ambos bandos estuvieron dialogando, no llegaron a un acuerdo sobre el reparto del dinero obtenido como “regalías”, como ellos le llaman, por la construcción de obras tanto del acueducto como del Distrito de Riego de reciente creación.
Al no ponerse de acuerdo, se desató un enfrentamiento entre los dos gobiernos, lo cual derivó en heridas para el gobernador Buitimea Madriles y algunos más de los componentes de su “gabinete”.

Aunque la comunidad se “nubló” de agentes de Policía de los tres niveles de Gobierno, no se sabe si fueron detenidas algunas personas, pero los agentes se fueron de Belem en cuanto cayeron las primeras sombras de la noche, cuando se escuchó un estruendo pero los indígenas no quisieron ya salir de sus casas a comprobar qué había pasado.
INPI PROPICIA PROBLEMAS
Los entrevistados condenaron que los funcionarios del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI) apoyen en mayor medida a uno de los grupos, el de Álvarez Valencia, pues con ello empoderan a personas como los de apellido Nocamea, que encabezan un grupo de choque al interior de Belem.
De la misma forma lo están haciendo en Vícam Pueblo, se indicó, en donde los enfrentamientos también han estado a la orden del día y se teme que de seguirse fomentando desde el Gobierno federal la división entre los yaquis, se pudieran presentar batallas campales como las vividas ayer en Belem, al igual que puede suceder en Pótam.
Algunos yaquis de otras comunidades a través de sus redes sociales condenaron el enfrentamiento en Belem y llamaron a la mesura, sensatez y hermandad.
“Debe prevalecer la verdad de nuestros mayores “ju itom yo’o lutu’uria” para la solución de cualquier conflicto al interior de los pueblos. La agresión no es el mecanismo para la solución de cualquier conflicto. Sea cual sea el motivo es importante el diálogo. Todos los de Belem son hermanos como yaquis, muchos son amigos y conocidos y hasta parientes”, se lee en las redes sociales.

De igual forma se estableció: “Por historia los gobiernos yoris nos han divido y hasta hacernos pelear para debilitar nuestros sistemas normativos internos. ¿Cuál es el objetivo? Despojarnos de lo más elemental: territorio y agua”.
Y se planteó: “No pueden pelear entre hermanos yaquis, debe haber comunión y hermandad. Luchemos en colectivo sin dar prioridad al individualismo”.
SITUACIÓN REAL
Para los morbosos y comentaristas, un mensaje en redes sociales, aparentemente escrito por las autoridades de Belem, cita lo siguiente:
“En nuestro Pueblo de Belem, hemos estado enfrentando problemas graves y persistentes debido a la presencia de pseudo autoridades que están trabajando de manera ilícita y con total impunidad. Desde el mes de noviembre del año pasado, han traído a nuestro Pueblo grupos de personas motorizadas (jóvenes del pescado) que han causado daños significativos a la propiedad de los habitantes, golpeando a personas inocentes y generando ruidos y disturbios durante la noche y la madrugada, afectando la paz y la tranquilidad de nuestra comunidad.
“Ante esta situación, la comunidad ha tomado medidas legítimas para protegerse y defender sus derechos, incluyendo la creación de un filtro en la entrada del Pueblo para pedir a los externos que se retiren y no causen más problemas. Sin embargo, este grupo dual, liderado por Ángel Vázquez García, Cecilio Buitimea Madriles, Ignacio Núñez García, Julio Maytorena Flores y Policarpio, ha reclamado y protegido a estas personas invasoras, lo que ha generado conflictos y peleas que ponen en riesgo la seguridad y el bienestar de nuestra comunidad.
“Es preocupante que estos individuos presuman tener contacto con personas peligrosas y poderosas, lo que los hace sentirse invencibles y les permite continuar con sus actividades ilícitas sin temor a las consecuencias. Esto es inaceptable”, se lee.
MAS CONFLICTOS
Otro motivo de conflicto entre los indígenas es que no hay claridad en la entrega de ranchos a las autoridades tradicionales por parte del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, por lo cual no hay un censo sobre las cabezas de ganado recibidas, pues hay temor de que algunos de los allegados a los gobernadores manipulados por el INPI se estén robando los animales.

Aunque antes de irse López Obrador inauguró las obras del acueducto y del Distrito de Riego, apenas ayer, el gobernador Alfonso Durazo Montaño dijo que posiblemente en febrero concluyan los trabajos y mientras tanto en muchas de las comunidades yaquis no hay agua para consumo humano.
El gobernador sonorense afirmó que cualquier obra destinada a garantizar el consumo de agua se realizará sin afectar el derecho del pueblo yaqui a disponer del vital líquido.
Pero los yaquis dudan mucho de esas palabras porque desde que las obras están en ejecución, muchos profesionistas de la Tribu están desempleados y en cambio la Comisión Nacional del Agua y el coordinador del Distrito de Riego están usando a topógrafos de Baja California, con domicilio en Tijuana, para esas acciones.